Una caravana de miles de migrantes continúa abriéndose paso desde Centroamérica con la esperanza de llegar a salvo hasta la frontera sur de Estados Unidos.
El grupo, conformado en su mayoría por migrantes hondureños, hace este viaje principalmente por razones económicas. Otros, enfermos, buscan el norte con la esperanza de encontrar un tratamiento médico. Otros más huyen de la violencia de las pandillas que azotan a su país.
Desde hace al menos una década, estas caravanas se realizan de manera regular. Pero este año, el tema llamó la atención del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien asocia la inmigración de países latinoamericanos con crimen, drogas y violencia.
Trump ha reiterado que no permitirá que los migrantes pongan un pie en Estados Unidos. Incluso, amenazó con militarizar la frontera para prevenir la entrada de “muchos criminales” desde países de Centroamérica.
Esos “criminales”, según Trump, son también los niños de esta fotogalería, a quienes el presidente de Estados Unidos considera peligrosos para su país.
Mientras que el gobierno de México, aún a cargo de Enrique Peña Nieto los recibió con la Policía Federal y con sus formas de tratar a los ciudadanos: con represión y gas lacrimógeno.
Este es el rostro de una de las integrantes de la #CaravanaMigrante momentos después de que la policía mexicana los rociaran con gases lacrimógenos, en el cruce desde Guatemala a México
Foto vía @PdPagina pic.twitter.com/mn02FpUDMV— Peniley Ramírez (@penileyramirez) 19 de octubre de 2018
Después de que la #CaravanaHondureña #CaminataMigrante rompiera el cerco que impedía el paso entre Guatemala y México, la Policía Federal los recibe con gases lacrimógenos y los devuelve a Guatemala pic.twitter.com/OtR6Zki4QM— PdP / Pie de Página (@PdPagina) 19 de octubre de 2018