Cuerpos de Óscar y Valeria, migrantes ahogados en río Bravo, llegan a El Salvador


Los cuerpos de los salvadoreños Óscar Martínez y su hija Valeria, muertos el pasado domingo al tratar de cruzar el río Bravo para llegar a EU, llegaron este domingo a El Salvador.

Los cuerpos llegaron a San Salvador cerca de las 11.00 h local, tras recorrer más de 120 kilómetros de carretera, y fueron llevados a las instalaciones de una funeraria municipal, que comparte terreno con el cementerio público La Bermeja.

La caravana que trasladaba los restos ingresó por un acceso secundario del cementerio para esquivar a los medios de comunicación que esperaban la llegada en la entrada principal.

Se espera que Óscar y Valeria sean enterrados en una misma sepultura en dicho cementerio la mañana del lunes tras las exequias, a las que no tendrá acceso la prensa a petición de la familia.

En el país centroamericano aguardaba la llegada de los restos Tania Vanessa Ávalos, esposa de Óscar y madre de la niña de menos de dos años de edad.

Ávalos salió el jueves desde el municipio de Matamoros, Tamaulipas, junto a los cuerpos de su esposo Óscar y Valeria rumbo a la ciudad de Monterrey, en Nuevo León.

La joven, que logró ser rescatada de las aguas del río que divide a México de Estados Unidos, llegó el viernes acompañada del cónsul salvadoreño en Monterrey, Rafael Rosales.

Las autoridades salvadoreñas explicaron en una conferencia de prensa, a la que fue llevada la joven, que los cuerpos se trasladaron vía terrestre hacia El Salvador porque “es un procedimiento mucho más rápido y muchos más directo”, y permite tener un mayor “cuidado de los cuerpos”.

El joven matrimonio intentaba llegar a Estados Unidos para pedir asilo, como lo hacen muchos de sus compatriotas que tratan de escapar de la pobreza y la violencia de las pandillas que golpean a El Salvador.

En Matamoros, el mexicano Federico Peláez, quien conocía a Óscar Martínez, contó a Efe que Martínez “se desesperó porque no calificó para que le dieran un número (en la garita fronteriza) y se le hizo fácil cruzar, se puso a la niña en la espalda y se los llevó la corriente”.

La imagen del padre y su hija, según diversos medios de comunicación, es la representación más trágica de la migración centroamericana, que se ha incrementado desde octubre de 2018.


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