Finaliza registro para las becas de ‘Jovenes Construyendo el Futuro’


En México, el término ‘ni-ni’ se ha usado al menos durante los últimos 20 años para etiquetar a los jóvenes que ni estudian ni trabajan. En febrero de 2019, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) situó el desempleo juvenil del país latinoamericano en 662.796 personas, la cifra más alta durante los últimos tres meses de 2018.

El 1 de diciembre de 2018 llegó Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México y, con él, la promesa que usó en sus meses de campaña de emplear a miles de jóvenes, en edades comprendidas entre los 18 y los 29 años.

Así, el 11 de enero de 2019 se publicaron en el Diario Oficial de la Federación (DOF) los lineamientos con los que se puso en operación ‘Jóvenes Construyendo el Futuro’, el programa con el que el Gobierno otorga una beca mensual de 3.600 pesos (183 dólares) a los seleccionados, durante 12 meses, mientras reciben capacitación en empresas suscritas al plan, lo que representa una inversión de 40.000 millones de pesos al año (2.046 millones de dólares), según datos oficiales.

“Es la oportunidad para que empresas, instituciones públicas y organizaciones sociales los capaciten para que desarrollen habilidades, aprovechen su talento y comiencen su experiencia laboral”, refiere la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) en la plataforma desarrollada para su funcionamiento.

En siete meses, el programa superó la meta de este año. Hasta ahora hay 905.000 jóvenes suscritos en todo el país y se prevé alcanzar a un millón, los espacios restantes serán asignados a comunidades indígenas. El objetivo es llegar a 2.300.000 personas. “No va a quedar un joven sin oportunidad de estudio o de trabajo, porque lo que queremos es enfrentar de esa manera el grave problema de la inseguridad y de la violencia”, ha repetido el mandatario en numerosas plazas públicas.

La Administración de López Obrador también ha visto en este programa una opción para que los jóvenes no ingresen a las filas del crimen organizado. Para 2018, se calculaba que 460.000 menores habían sido reclutados por el narco en México, según datos de Alfonso Durazo, actual secretario de Seguridad Pública.

Se quedan con ganas
Por el momento, cientos de solicitantes han quedado fuera sin que, hasta la última semana de julio, tuvieran claridad sobre lo que estaba pasando. RT buscó en los últimos días de ese mes a Horacio Duarte Olivares, subsecretario de empleo y responsable del programa, a fin de obtener información y aclarar las quejas más recurrentes, pero no hubo respuesta.

Ana Bautista, de 24 años, cuenta que ya está activa en el programa, pero que cuando finalmente encontró una empresa y fue admitida, no pudo seguir adelante. “Entré desde mi teléfono a la plataforma y me salió un mensaje que decía que la etapa para vincular dentro de una empresa ya había expirado y que ya estaban cerradas todas las vacantes. Entré en pánico, fui a mi computadora y lo mismo, yo ya tenía el contacto con la empresa, ya iba a entrar a trabajar”, narra la recién egresada de la carrera de Ciencias de la Comunicación.

A la mañana siguiente, Ana se dirigió a las oficinas de la Secretaría del Trabajo buscando una explicación. “No tenían idea de que estaba cerrado el programa este año”, fue la respuesta que obtuvo tan pronto llegó.

“Las chicas comentaban con su jefe ‘es que no teníamos ni idea’, ni un correo nos enviaron, así de repente, estábamos ingresando a los chicos y nos salía la leyenda de que ya había expirado'”, recuerda la muchacha.

De esta manera, la puerta que le abrió a Ana después de meses de buscar una oportunidad laboral, se cerró de momento y lo que le queda es la incertidumbre. “Pregunté al personal del programa cuándo lo van a volver a abrir, quería que me explicaran si sería a partir de enero o si el año se consideraba a partir de la fecha en que se dio mi ingreso. Y no sabían. Solo me dijeron que estuviera pendiente. Fue muy frustrante”.

La opción que abre Jóvenes Construyendo el Futuro parece no tener críticas. “Mi experiencia con el programa ha sido positiva, me parece una excelente idea, mis mayores críticas no tienen que ver con el sistema en sí, sino con la falta de compromiso de algunos de los chicos que han llegado”, señala Alejandro Castro, capacitador de una empresa que tiene a cinco becarios en formación. “Deberían de ser más claros con la comunicación, como en esto de que ya no va a haber ingresos este año y en que hubo jóvenes que se enteraron porque acudieron a las oficinas y en ese momento, ni el personal estaba al tanto”, continúa.

Una respuesta a cuenta gotas
Fue hasta el 1 de agosto, al presentar la creación de un grupo de trabajo con Canadá, que la titular de la STPS, Luisa María Alcalde, mencionó que Jóvenes Construyendo el Futuro había alcanzado su meta, pero sin dar más detalles.

En la mismo matiz se pronunció el presidente mexicano en días subsecuentes en diversas plazas públicas, mientras los solicitantes y empleadores seguían sin tener claridad sobre el futuro del programa.

En esos días, la plataforma generaba un mensaje automático tanto a empleadores como becarios. “Estimado joven, hemos concluido con la etapa de vinculaciones para el 2019. El próximo año podrás vincularte en el centro de trabajo que más te guste”, se desplegaba ante los ojos de los solicitantes. En el mismo sentido para la empresas, aunque la notificación agregaba: “en lo que resta del año, el ritmo de las vinculaciones a tu centro de trabajo va a reducirse, ya que está limitada la cantidad de becarios que podrán vincularse en este periodo”.

“Estoy en un limbo”, expresa Ana, pues aunque ya es una participante ‘activa’, no puede proceder hasta conocer la fecha en que reiniciará el programa.

La cuenta de ‘Jóvenes Construyendo el Futuro’ en Twitter publicó hasta las 20:00 horas (local) del 5 de agosto un mensaje con un video explicativo: “Ya alcanzamos la meta de vinculaciones para 2019. Agradecemos a nuestra comunidad de tutores y becarios por su esfuerzo”, se lee.

Un día después, el 6 de agosto, la Secretaría del Trabajo finalmente emitió un comunicado. “El programa Jóvenes Construyendo el Futuro logró vincular a 900.000 aprendices a distintos centros de trabajo alrededor de la República Mexicana, a lo que se suman 100.000 jóvenes indígenas de zonas rurales, como parte de una estrategia territorial, con lo que logramos alcanzar la meta”, se asienta.

Este 12 de agosto, el diario mexicano Milenio reportó que delegados en los estados de Aguascalientes, Campeche, Chiapas, Guerrero, Nayarit, San Luis Potosí, Sonora, Tabasco y Yucatán, denunciaron que los jóvenes presuntamente dan dinero a las empresas o instituciones inscritas en el programa, que van desde los 500 hasta 1.600 pesos (25 a 81 dólares) para no asistir a la capacitación, mientras que en otros casos, son los mismos empleadores los que les retienen sus pagos para quedarse con todo o un porcentaje de la beca, sin que hasta ahora haya querellas formales por los supuestos casos.

En alusión al tema, en su habitual conferencia de prensa, López Obrador señaló que no tenía datos sobre lo publicado en el diario mexicano y llamó a la prudencia en las investigaciones para no afectar la reputación del plan. “Yo no tengo esa información y hay que informar con objetividad para no manchar (el programa)”, apuntó.

Cómo funciona
Jóvenes Construyendo el Futuro se centra en un modelo de corresponsabilidad entre los sectores público, privado y social, destinado a ofrecer a los jóvenes un espacio, apoyos y actividades estructuradas para desarrollar o fortalecer hábitos de trabajo y competencias técnicas.

“En nuestro caso, es una experiencia positiva en términos de que los chavos están capacitándose y adquiriendo herramientas para desempeñarse. No sé en otros qué tanto se enfoquen los tutores en que realmente se capaciten y no los pongan a hacer cualquier cosa”, remarca el facilitador Alejandro Castro, quien admite que en su época de recién egresado, hace 19 años, un programa de este tipo “hubiera sido una gran ayuda”.

La capacitación en los centros de trabajo tiene una duración máxima de 12 meses y, por ella, el Gobierno federal otorga una beca por un monto de 3.600 pesos mensuales, tras una evaluación bidireccional entre becarios y facilitadores. “El pago me ha llegado sin problemas”, comenta Valeria Juárez, quien lleva como aprendiz cuatro meses.

Los participantes también reciben un seguro médico en las ramas de enfermedades, maternidad y riesgos de trabajo, durante el periodo de capacitación, así como una constancia que describe la formación recibida y las habilidades desarrolladas.

El registro es gratuito y se hace a través de la plataforma digital o acudiendo a las oficinas designadas por la STPS. Tras ser activados, los jóvenes reciben un listado de empresas, con base en su formación e intereses. No obstante, advierte Valeria, en ocasiones el criterio falla.

“A veces te mandan opciones que no tienen nada que ver. A mí, por ejemplo, me llegaron de psicología y economía, que no tienen que ver con mi área”, apunta Valeria, quien recomienda mejorar el filtro de las empresas vinculantes.

A la fecha suman 181.000 tutores y 157.000 centros de trabajos, desde pequeños comercios hasta empresas grandes, informó este martes la titular de la STPS.

“En dos semanas yo estaba de aprendiz”
Tanto empresas como becarios refieren que darse de alta en el sistema es rápido y fácil. “Otra cosa que debo decir es que cuando surgieron dudas, o surgen, todas se han resuelto con hacer una llamada telefónica, incluso si la gente del programa no sabe, investiga y resuelve”, recalca Alejandro.

Valeria cuenta que registrarse no le llevó más de 20 minutos. “Para activarte dicen que demoran entre cinco días o tres semanas. En mi caso, todo fue muy rápido, en dos semanas yo ya estaba de aprendiz”.

Los participantes pueden ser dados de baja, a solicitud del centro de trabajo, cuando consideren que hubo una causa que lo amerite y previa justificación ante la STPS, mientras que los jóvenes pueden solicitar ser cambiados de empresa solo una vez y por causas debidamente justificadas.

La dependencia puede suspender a los becarios cuando ingresen a un empleo formal, por proporcionar información falsa, por presentarse ebrios o drogados al centro de trabajo, consentir que acuda alguna persona distinta o que se simule su capacitación, especialmente a cambio del dinero.

¿En general, qué opinas del programa?, se le cuestiona a la becaria. “En los trabajos te piden experiencia de mínimo tres años y creo que esta es una buena opción, porque aquí estás adquiriéndola, yo lo he recomendado con conocidos, pero dicen que la paga es muy poca, pero en mi caso creo que esto va a contar mucho para cuando busque un trabajo”.


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