El Senado de la República entrega la medalla Belisario Domínguez a la activista, defensora de los derechos humanos Rosario Ibarra de Piedra, durante una sesión solemne encabezada por el presidente Andrés Manuel López obrador
A la ceremonia, que se llevará a cabo en la sede de Xicoténcatl, asistirán integrantes del Comité Eureka, la organización de familiares de desaparecidos y perseguidos políticos, que fundó Rosario Ibarra en los años setentas.
Estarán presentes como invitadas especiales “las doñas”, las madres y hermanas de jóvenes desaparecidos que durante las últimas décadas, junto con Ibarra de Piedra, han protagonizado una ardua lucha para encontrar a los miles de jóvenes en prisiones clandestinas e instalaciones militares.
Ahí estarán María Concepción Ávila, Luz Pineda Henestrosa, Priscila Chávez Hoyos y Celia Piedra. Está última, esposa de Jacob Nájera, quien fue compañero de lucha de Lucio Cabañas y desapareció en aquella época en Guerrero
Rosario Piedra, hija de la homenajeada, precisó que también están invitados Laura y Armando Gaytán Saldívar, luchadores sociales de Chihuahua, que fueron desaparecidos y encontrados por el comité Eureka en el Campo Militar Número Uno.
También figuran entre los invitados de honor a esa ceremonia para la entrega de la Medalla Belisario Domínguez, otros familiares de víctimas de desaparición forzada. Florentino Aviles Jaimes, compañero de lucha de Epifanio Aviles Rojas, el primer desaparecido político reportado en las listas del comité Eureka. El fue secuestrado en Guerrero por un militar en 1967 y no se supo qué fue de él.
Dado que el recinto es muy pequeño y no podrá albergar a todos los invitados, se colocaron 100 sillas en el patio de la sede senatorial de Xicoténcatl, donde se llevará acabo la sesión solemne.
Los problemas de salud de doña Rosario Ibarra, de 92 años, no le permitirán estar presente en el recinto, el mismo en que participó como senadora de la República del 2006 al 2012.
Está previsto que en su nombre intervenga ante el pleno su hija Rosario Piedra. Presidirá el escenario una fotografía enorme de casi dos metros, que rememora uno de los plantones más emblemáticos que llevó acabo la fundadora del grupo Eureka, fuera de la Catedral metropolitana.