Extractivismo devasta a Latinoamérica y lo sumerge en pobreza


El modelo extractivista acelerado que domina en los países de América Latina desde hace dos décadas ha dejado no sólo un escenario de devastación de los recursos naturales, sino de desigualdad social y pobreza.

América Latina es rica en recursos naturales susceptibles de ser explotados como materias primas que transmitan valor en las cadenas productivas; sin embargo, lo único que queda para las poblaciones, principalmente para las originarias, son las externalidades medioambientales y un rastro de precariedad laboral y social.

Durante su participación en el Panel Hacia la diversificación productiva y las salidas del extractivismo en AL y México, la investigadora Aleida Azamar, apuntó que la calidad de vida en los países que explotan los recursos naturales contra la de las naciones que los proporcionan es de 8 a 10 años de diferencia.

“Hemos extraído en los últimos años más de lo que se extrajo en la Colonia, pero también esto ha significado que lo que se extrae de nuestros países, más de 50% se exporta, no se queda con valor agregado y tampoco genera cadenas de valor”, expuso en su participación en el Foro Hacia la Transformación Social-Ecológica en América Latina y México convocados por la Fundación Friedrich Ebert Stiftung y el Proyecto Regional Transformación Social-Ecológica (FES Transformación).

Azamar planteó la necesidad de transitar hacia un proceso de extractivismo “sensato e indispensable”, en el que los diferentes actores de la cadena de producción realmente extraigan lo que necesitan.

En el escenario nacional, el investigador del Programa de Estudios del Desarrollo de la UNAM, Enrique Provencio, apuntó que en México el escenario provocado por el extractivismo no es distinto al que en general experimentan los países de la región.

En su oportunidad, el investigador detalló que los estados mexicanos en los que mayor peso han tenido las actividades extractivas y la industrialización ha caído, presentan el peor desempeño económicos y aporte al PIB nacional.

“En las últimas tres décadas, las actividades manufactureras han perdido alrededor de 3 puntos del PIB y se mantienen en una tendencia a la desindustrialización”, agregó.

En el escenario regional, el ex ministro de Industria de Uruguay, Roberto Kreimerman, reforzó la idea al recordar que en América Latina las actividades extractivistas reportan un crecimiento de 70 a 80% y una tasa de exportación de estos productos que pueden ser de hasta 70 por ciento.

Finalmente, el ex vice ministro de Gestión Ambiental del Perú, José de Echave, propuso una ruta de objetivos estratégicos para avanzar hacia una transformación en el aprovechamiento de los recursos naturales y romper la inercia del extractivismo.

a)    Romper el predominio extractivista en la capital política de los Estados y con el consenso que imponen los sectores extractivos que busca erradicar todas las demandas sociales y resistencias.

b)    Romper la extrema dependencia de las economías regionales a las actividades de los sectores extractivos.

c)     Visibilizar los impactos ecológicos y los crecientes costos ambientales de los modelos extractivistas.

d)    Construir indicadores del proceso de extracción para evaluar los impactos que producen sus actividades.


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