El secretario general de la ONU, António Gutierres, está “profundamente preocupado” por la crisis política en Bolivia e insta “a todos los actores relevantes abstenerse de la violencia, reducir la tensión y ejercer la máxima moderación”, según comunicó ese organismo internacional el 10 de noviembre.
Guterres ha solicitado a todos los implicados que cumplan las normas del derecho internacional y les ha exhortado a que “se comprometan a lograr una solución pacífica de la crisis actual y a garantizar unas elecciones transparentes y creíbles”.
Horas antes, la división boliviana de la ONU divulgó una llamada urgente para “precautelar la vida” y “prevenir la vulneración de los derechos humanos” de todos los bolivianos, al tiempo que reiteró su compromiso por la paz social en ese país.
El portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, reiteró en un comunicado posterior este llamamiento, instó “a las autoridades a garantizar la seguridad de todos los ciudadanos, funcionarios gubernamentales y nacionales extranjeros” y subrayó la necesidad de que “se respeten las instituciones estatales y locales y la inviolabilidad de las misiones diplomáticas”.