Ex funcionarios de EU asesoraron la empresa de García Luna


Los vínculos laborales entre ex funcionarios estadounidenses y el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, detenido en Estados Unidos por supuestamente haber recibido sobornos del Cártel de Sinaloa, han generado dudas sobre lo que sabían las agencias de seguridad de Estados Unidos antes del arresto.

De acuerdo con un despacho de la agencia Reuters, un ex funcionario que dirigió la oficina del Buró Federal de Investigaciones (FBI) en México y un ex oficial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) trabajaron hasta el año pasado con Genaro García Luna, uno de los principales arquitectos de la guerra contra las drogas en México, iniciada en 2006.

Raúl Roldán, quien fuera responsable del FBI en la embajada de Estados Unidos en México cuando García Luna estaba a cargo de la seguridad del país, figura como miembro del consejo de la empresa GLAC Consulting, del ex secretario detenido.

“(García Luna) tenía una relación cercanísima con la parte de la inteligencia de Estados Unidos, la tuvo durante muchísimos años”, dijo el analista de seguridad mexicano Alejandro Hope.

“Y si hizo lo que dicen que hizo, entonces eso es una condena muy severa a los mecanismos de verificación de toda la parte de inteligencia de los Estados Unidos”, advirtió.

Genaro García Luna fue arrestado la semana pasada en Dallas, Texas, acusado de haber aceptado millones de dólares en sobornos para ayudar al Cártel de Sinaloa a operar con impunidad.

El llamado “súper policía” fue director de la hoy desaparecida Agencia Federal de Investigación (AFI) de 2001 a 2005, durante el gobierno del panista Vicente Fox Quesada, y secretario de Seguridad Pública de 2006 al 2012, con el también presidente panista Felipe Calderón Hinojosa.

García Luna, de 51 años, se declaró inocente de los cargos en su audiencia del martes pasado. Sin embargo, un juez ordenó que siguiera en prisión y sin derecho a fianza por el riesgo de que pueda fugarse.

José Rodríguez, ex director del Servicio Clandestino (NCS, por sus siglas en inglés) de la CIA, quien trabajó con Roldán en GLAC hasta al menos 2018, dijo que todos los miembros -a quienes describió como parte de una junta asesora- realizaron las debidas diligencias antes de unirse a la firma de García Luna como asesores no remunerados.

“Aquellos que conocemos a García Luna estamos conmocionados por su reciente arresto”, dijo Rodríguez en un comunicado a Reuters.

Agregó que incluso recientemente un ex jefe de operaciones de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) elogió su integridad, y explicó que la junta de GLAC se reunió cuatro veces desde 2016 y que dio asesoría sobre un producto de datos desarrollado por García Luna para calcular riesgos en México.

El ex secretario de Seguridad Pública fue uno de los principales impulsores de la cuestionada “guerra contra el narcotráfico” lanzada a fines de 2006 por el entonces presidente Felipe Calderón.

Analistas afirman que el plan de Calderón Hinojosa sólo generó más violencia y no logró contener el flujo de drogas hacia Estados Unidos. Además, argumentan que su administración fue más indulgente con el Cártel de Sinaloa que con otros grupos, basándose en el número de arrestos.

El ex presidente Calderón ha negado las acusaciones. Cuando García Luna dejó el cargo en 2012, la revista Proceso publicó un informe en el que señaló sus posibles vínculos con los cárteles de la droga.

Tras dejar el cargo, Genaro García Luna se trasladó a Estados Unidos y en 2018 solicitó su naturalización. También es investigado por dar testimonio falso para conseguir su residencia y corrupción.

Durante el juicio al líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán, Vicente Zambada Niebla “El Vicentillo” declaró el año pasado que había pagado a García Luna millones de dólares en sobornos.

En otro juicio, Sergio Villarreal Barragán,“El Grande”, del Cártel de los Beltrán Leyva, dijo lo mismo. García Luna, quien en el pasado fue premiado por el gobierno de Estados Unidos por su labor al frente de la seguridad de México, negó en aquel momento las acusaciones.

José Rodríguez dijo que estaba “seguro de que estas agencias no lo habrían reconocido si creyeran que era corrupto”.

Sin embargo, el analista en seguridad Alejandro Hope aseguró que, dadas las acusaciones, los servicios de seguridad de Estados Unidos debieron haber revisado cuidadosamente la solicitud de residencia de García Luna.

Reuters recalcó que la DEA remitió preguntas sobre los vínculos entre ex funcionarios estadounidenses y García Luna al Distrito Este de Nueva York, donde se lleva el caso.


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