‘Yo denuncié que ‘Cocoa’ le hablaba a ‘La Tuta’… y Felipe Calderón mandó matarme’; tiene nexos con el Cártel de Sinaloa y Los Zetas: periodista


En mayo de 2008, el periodista mexicano Jesús Lemus Barajas era director de un medio local en el municipio de La Piedad, en Michoacán, el estado en el que dos años antes el entonces presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, había lanzado su famosa guerra contra el narco, que se convertiría en el estandarte de su gobierno.

En medio de esta guerra, Lemus Barajas empezó a publicar información en la que relataba presuntas relaciones entre la hermana de Calderón con el Cártel de la Familia Michoacana.

Sucedió lo que nunca hubiera pensado: el 7 de mayo fue detenido en Guanajuato acusado de ser el segundo de los líderes más importantes de la Familia Michoacana y después enviado a un penal de alta seguridad donde convivió con jefes narco, secuestradores, criminales y hasta el asesino confeso de un ex candidato a la presidencia.

“Ahí te lo encargo. Dale pronto y lo tiras al río”, son las palabras que Jesús Lemus Barajas no olvida; esa fue la instrucción que espetó el comandante Luis Carrillo cuando –después de privarlo de la libertad– lo entregó al grupo delictivo Los Zetas para que lo asesinaran. Fue en mayo de 2008. La orden venía del entonces Presidente Felipe Calderón Hinojosa, asegura el periodista, ahora desplazado.

“Calderón es un farsante, un loco, un mitómano. Es increíble que quiera que nos traguemos la mentira de que él no sabía lo que hacía el secretario de seguridad pública. Por supuesto que sabía y tan lo sabía que cuando yo estaba en Puente Grande, tenía de vecino de celda al ‘El Grande’, José Enrique Villarreal Barragán, el jefe de los sicarios de los Beltrán Leyva, y de la voz del ‘El Grande’ escuché las versiones de cómo era la relación de Felipe Calderón, a través de Genaro García Luna, no solo con el Cártel de Sinaloa, sino con el Cártel de Los Zetas, con el Cártel del Golfo, de La Familia Michoacana”, concluyó

Frente a la detención en Estados Unidos del ex Secretario de seguridad pública, Genaro García Luna por sus presuntos vínculos con el narcotráfico y luego que ex Presidente Felipe Calderón negó conocer la red de su subordinado, el periodista Jesús Lemus dice en entrevista con SinEmbargo que el ex Mandatario miente, y reitera su acusación que Felipe Calderón mandó a ejecutarlo en venganza por las publicaciones que hizo sobre la relación de su hermana Luisa María de Guadalupe Calderón Hinojosa –también conocida como “Cocoa”– con Servando Gómez Martínez, alias “La Tuta”.

“La hermana del ex Presidente Felipe Calderón le hablaba [a “La Tuta”] para pedirle favores, para que candidatos de elección popular fueran apoyados por el narco. Yo comienzo a publicar este tipo de relación y entonces se viene una venganza del ex Presidente Calderón, donde él ordena mi ejecución, de tal forma que un comandante de la policía ministerial me busca y me secuestra.

Lemus se salvó “de suerte”, dice, pero fue encarcelado injustamente por poco más de tres años.

“El ex Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, orquestó todo, porque él hizo y armó un expediente de cajas y cajas”, añade.

El Gobierno actual, plantea el periodista, debería iniciar una investigación exhaustiva de la red que conformó García Luna, y que el primero que debe de ser indagado es Felipe Calderón porque era su jefe directo.

A su llegada a la cárcel recuerda que fue recibido a gritos, obligado a desnudarse enfrente de un grupo de policías y una enfermera que era la encargada de inspeccionar sus cavidades corporales. Después de haber ingerido una sustancia que le secó la boca tuvo que correr esposado por un largo pasillo. Durante seis meses era despertado en la noche y obligado a correr desnudo en una superficie del tamaño de una cancha de basquetbol, después lo hincaban para que unos perros le ladraran en las orejas, no recibía visitas, en días tampoco alimentos o no lo dejaban bañarse “solo faltó que entrara otro ‘cabrón’ a mi celda a violarme”.

En la cárcel todos sabían que Lemus Barajas era periodista porque a su llegada al pabellón donde estaba su celda, un guardia lo gritó ante todos los reclusos. Conforme fueron pasando las semanas empezó a conocer a sus compañeros de las celdas contiguas con los que sólo interactuaba en las noches, a través de pequeñas charlas mientras no estaban los guardias.

Entre estos personajes estaba Rafael Caro Quintero, ahora prófugo, uno de los fundadores del Cártel de Guadalajara; Alfredo Beltrán Leyva “El Mochomo”, también narcotraficante; Daniel Arizmendi “El Mocha Orejas”, un secuestrador famoso por mandar las orejas de sus víctimas a sus familiares; Mario Aburto Martínez, acusado del asesinato del ex candidato presidencial Luis Donaldo Colosio en 1994; Armando Amezcua Contreras, del extinto Cártel de los Amezcua; Humberto Rodríguez Bañuelos “La Rana”, asesino del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo; Álvaro de León “El Duby”, integrante de una banda llamada “los narco satánicos”; Carlos Rosales, el fundador de La Familia Michoacana y Noé Hernández “El Gato, preso por violar y asesinar a dos niñas.

Recuerda que cuando estaba en el área de Observación y Clasificación, las charlas nocturnas en la cárcel giraban en torno a enfrentamientos entre cárteles, muertos, venganzas y cargamentos de droga. Él no tenía mucho que platicar sobre esos temas se limitaba a escuchar y a escribir apuntes en pedazos de papel sanitario con una tiza improvisada sobre los relatos de sus compañeros que después entregaba a su esposa y a su hija en los locutorios. Para sacarlos de la cárcel los escondían en los zapatos y así los fueron guardando.

“El Gato”, relata, fue el primero que se dio cuenta de su inocencia porque en sus charlas, no tenía muchas historias violentas que contar.

Carlos Rosales pudo confirmar que no formaba parte de la estructura de la Familia Michoacana, “el siempre me reconocía que era periodista”, afirma y reitera que es “una víctima de la guerra del narcotráfico de Felipe Calderón. A mí me llevó a la cárcel ser periodista”

El comunicador está convencido que el ex Presidente Calderón fue quien ordenó su arresto. “De nadie más pudo haber venido la orden. Yo no tenía ni la más mínima relación con el Gobernador de Guanajuato como para que él me haya mandado a su Policía Ministerial”.

Lemus Barajas se convirtió en escritor. Su estancia en prisión la canalizó a seguir su instinto de periodista y ahí entrevistó a criminales peligrosos, entrevistas y pasajes que ha revelado en diversos libros. Sin embargo, ahora vive desplazado, pues tuvo que dejar su estado por inseguridad y amenazas.

El escritor agrega que inició un proceso contra el Estado mexicano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para exigir una disculpa pública y la reparación integral del daño.

El proceso ante las instancias internacionales sigue en curso de acuerdo con el periodista. “En la Corte Interamericana están pidiendo información al Estado”.

Los informes fueron requeridos a diversas dependencias, entre ellas a la extinta Procuraduría General de la República (PGR), ahora Fiscalía General de la República. También al penal Puente Grande, en este casosobre las condiciones de su reclusión; al Gobierno de Guanajuato sobre la captura detención: al Juzgado Segundo Penal de Guanajuato, que de inicialmente lo sentenció a 20 años de prisión.

Además, han pedido información a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) para que explique por qué no intervino en su momento, ya que el afectado interpuso al menos tres quejas sobre la violación a sus derechos humanos, pero el organismo nunca actuó, dice.

Hasta que comenzó la actual administración federal, el periodista se acercó a la CEAV para iniciar el proceso a fin de demandar la reparación integral del daño por la violación a sus derechos humanos.

“Ahí es donde estoy pidiendo que se habrá una investigación contra todos los posibles responsables de mi ilegal detención, secuestro y encarcelamiento, y sobre todo que se determine y quede sentado de dónde vino la orden de matarme”, dice.

Y añade: “Yo no me había acercado porque no tenía confianza en el Gobierno de Enrique Peña Nieto, no hice ningún movimiento. Lo comencé hacer hasta que empezó López Obrador porque vi que había mejores condiciones al planteamiento del seguimiento a las personas que me encarcelaron”. Lemus señala directamente al Juez Segundo de lo Penal de Guanajuato, al ex Gobernador de Guanajuato, al Procurador Zamarripa.

A más de ocho años de demostrar que fue encarcelado injustamente, Jesús Lemus no ha visto la justicia e incluso ni siquiera cuenta con su calidad de víctima en el registro correspondiente, mientras que los que orquestaron su captura continúan en cargos públicos. “No han perdido su calidad de funcionarios públicos, siguen actuando impunemente, trabajando como si nada hubiera pasado. A mí me destrozaron la vida y a mí destrozaron la vida y ellos siguen operando con la máxima comodidad”, asegura.

El periodista destaca que el Presidente López Obrador tiene la oportunidad histórica de demostrarle al pueblo que va verdaderamente contra la corrupción, iniciando una investigación del caso García Luna y sus nexos, sin embargo, tal parece no quiere hacerlo, y con ello, queda a deber a la nación.

“Debe de tomar acción, no nada más dejar que EUA juzgue a García Luna. AMLO tiene la posibilidad de hacer historia y hacer esa Cuarta Transformación que tanto ha clamado; pero no quiere hacerlo, se niega a indagar la relación de García Luna, y eso no nos deja ver más que los grandes compromisos que tiene el Presidente López Obrador, que al final de cuentas es lo mismo. […] Creo que el Presidente López Obrador tiene miedo que el caso García Luna vaya a salpicar a varios de sus funcionarios, a varias de las gentes que están muy cercanas a él (AMLO) […] Estamos ante una encrucijada donde el Gobierno va a salir muy mal de todas formas porque si hace algo contra la corrupción pues se da un balazo en el pie y sino hace nada pues pierde popularidad”, concluyó

Con información de Sinembargo e Infobae


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