Para la Administración Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) no hay duda sobre cuál es el cártel del narcotráfico más fuerte de México ni quién es el líder de esa organización criminal: el de Sinaloa e Ismael “El Mayo” Zambada.
En entrevista con Jesús Esquivel, corresponsal de Proceso en Estados Unidos, Polo Ruiz, agente especial a cargo (SAC, por sus siglas en inglés) de la DEA por el distrito de Arizona explica: “La amenaza más grande, la amenaza número uno es el cártel de Sinaloa; el número dos es el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), con su líder (Nemesio Oseguera Cervantes) ‘El Mencho’; pero (esta organización) es una gran amenaza porque está creciendo”.
Considerado uno de los agentes con mayor experiencia y conocimiento sobre el narcotráfico mexicano, Ruiz habla sobre la reconfiguración de los cárteles tras la sentencia a Joaquín “El Chapo” Guzmán en Estados Unidos.
Como SAC, Polo Ruiz tiene bajo su responsabilidad gran parte de la frontera sur de su país: Arizona, Nuevo México y una parte de California. La zona limítrofe entre Arizona y Sonora es una región natural para el trasiego de drogas procedentes de México, que durante años ha estado bajo el control del cártel de Sinaloa y, en específico por parte de la fracción que controlaba “El Chapo” y ahora dominan sus hijos.
No es la primera ocasión en que funcionarios y agentes de la DEA dicen a Proceso que, pese al control y la ambición de poder de “El Mencho”, el CJNG no ha logrado superar el poder operacional al cártel de Sinaloa.
“Él siempre ha sido el jefe” del cártel de Sinaloa, insiste Ruiz, en referencia a “El Mayo” Zambada durante la entrevista con Proceso.
En julio de 2019 y tras un largo juicio en la Corte Federal del Distrito Este de Brooklyn, Nueva York, el juez Brian Cogan sentenció a Guzmán Loera a cadena perpetua más 30 años de cárcel por traficar toneladas de cocaína a Estados Unidos.
Con esta condena al líder de una de las fracciones que integran el cártel de Sinaloa no sólo se eliminó al capo de la cúpula de poder, sino que se generó un reajuste en la organización criminal y una disputa con el CJNG que intenta apoderarse de las plazas que controlaba “El Chapo”. Al reacomodo dentro del cártel de Sinaloa y del trasiego de drogas en México por la caída de Guzmán Loera, Polo Ruiz lo describe de esta manera:
El Mayo siempre ha estado ahí, siempre ha sido uno de los líderes junto con El Chapo, pero los hijos (de Guzmán Loera) eran un grupo: Los Juniors; tenían poder, pero cuando su papá estaba en la cárcel y luego fue extraditado, empezaron a tratar de ganar El poder.
Según este jefe de la DEA, los hijos de “El Chapo” Guzmán: Jesús Alfredo, Iván Archivaldo y Ovidio se confrontaron con quien fuera mano derecha de su padre, Dámaso López Núñez, “El Licenciado”, y el hijo de éste, Dámaso López Serrano, “Mini Lic”.
El agente de la DEA señala que “El Licenciado” y su hijo pensaron que con la eliminación de Joaquín Guzmán Loera ellos podrían encumbrarse en el mando y no tomaron en cuenta la preponderancia de “El Mayo” Zambada y su relación con los hijos de su compadre.
“Siempre hubo conversaciones entre los hijos de El Chapo. Siempre ha sido así: los acuerdos. El Mayo es más calmado, más tranquilo; quiere negocios, no quiere calentar la plaza, nunca ha sido violento”, enfatiza el agente de la DEA.
Como parte de la explicación, Polo Ruiz recuerda que en 2016 los hijos de “El Chapo” tuvieron varios enfrentamientos violentos con sus contrincantes, quienes deseaban apoderarse del mando de la fracción del cártel que quedaba descabezada.