Más de 200 sicarios asaltaron Zihuaquio, Guerrero: el pueblo quedó desolado


La violencia criminal en el estado de Guerrero -entidad gobernada por el priista Héctor Astudillo- sigue provocando el éxodo masivo de personas, quienes abandonan todo, con tal de conservar la vida y la de sus familias.

Ahora tocó el turno a los pobladores de la comunidad de Zihuaquio, conocido por ser uno de los principales productores de mezcal en la entidad, se ubica en el municipio de Coyuca de Catalán, en la Tierra Caliente guerrerense.

Alrededor de 100 personas tuvieron que dejar lo poco que tienen, ante las amenazas de al menos 200 hombres armados que bloquearon los cuatro accesos a la comunidad y, a balazos, les exigieron dejar sus casas.

La mañana de este miércoles 29 de enero, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano, apoyaron la salida de 100 de la comunidad y fueron trasladados al poblado de Vallecitos de Zaragoza, municipio de Zihuatanejo, por razones de seguridad.

FOTO: MOISÉS PABLO /CUARTOSCURO

De acuerdo con una grabación obtenida por Milenio TV, un hombre de Zihuaquio aseguró que alrededor de 200 personas llegaron a intimidarlos “hablan por radio, que vienen a acabar, que vienen a barrer (acabar con todo), a reventar (destruir) casas (…) y que las mujeres se salgan a la calle o a una capilla”, dijo.

Por lo que pidió “que nos echen la mano, a como sea, lo que se pueda hacer o lo que se necesite, estamos ahí. Yo le calculo que una o dos horas aguantamos todavía, más pa’ delante quién sabe porque tenemos rato haciendo resistencia. estamos rodeados por los cuatro lados (de la entrada a la comunidad)”, clamó.

Desde el pasado lunes 27 de enero, se difundió en redes sociales una grabación en la que al menos dos niños de Zihuaquio pedían ayuda ante la irrupción de hombres armados, por lo que decían “tenemos mucho miedo… tengo mucho miedo que algo le pase a mi apá o a mi abuelito.. vengan por favor”, decían con la voz entrecortada.

Tras el llamado, el gobierno estatal, acompañado por las fuerzas federales, acompañaron a los pobladores para poder salir.

Los 100 pobladores de Zihuaquio se suman a los cerca de 2,000 de desplazados de Zirándaro de los Chávez, Guayameo y San Rafael, que han huido de sus casas a causa de la violencia generada principalmente por la cruenta pelea entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y La Familia Michoacana, los cuales luchan por hacerse de la Tierra Caliente, zona clave en la producción y el trasiego de drogas la cual es enviada a Estados Unidos y Europa desde el puerto de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, estado vecino.

A pesar de que abandonaron Zihuaquio huyendo de las balas, el municipio a donde fueron llevados (Zihuatanejo), localizado en la Costa Grande y conocido por sus paradisíacas playas, también vive la violencia del narcotráfico.

La Costa Grande es la zona de traslado de estupefacientes más importante de la entidad. Comprende 26 municipios, entre ellos Chilpancingo, Tixtla, Chilapa, Atoyac de Álvarez, Benito Juárez, Petatlán, José Azueta (Zihuatanejo), Coyuca de Benítez, Tecpan de Galeana, Eduardo Neri, Heliodoro Castillo, Ahuacuotzingo y Olinalá. Es por eso que la zona es objeto de cruentas disputas entre los cárteles.

Otro punto trascendental para el narco (por su ubicación) es la zona de la Tierra Caliente guerrerense, integrada por los municipios de Arcelia, Ajuchitlán del Progreso, Coyuca de Catalán, Cutzamala de Pinzón, Pungarabato, San Miguel Totolapan, Tlalchapa, Tlapehuala y Zirándaro. La región es considerada de alta peligrosidad.

El caso de Acapulco tal vez sea el más conocido. Los violentos enfrentamientos, ejecuciones, ataques y balaceras en plena costera y en los alrededores del puerto a manos del crimen organizado han dejado cientos de personas muertas, muchas más desaparecidas o heridas.

El derramamiento de sangre ocasionó que, por años, Gobiernos de Estados Unidos y otros países alertaran a sus ciudadanos para evitar visitar el puerto, que derivó en una crisis económica para sus habitantes, lo que acentuó la pobreza.

La presencia de militares y policías estatales no ha logrado contener las desapariciones y ejecuciones que se vuelven cada vez más brutales.

De acuerdo con el gobierno federal, Guerrero es uno de los 10 estados más violentos del país. Tan sólo de enero a diciembre del 2019, en esta entidad fueron asesinadas 2,035 personas, de las cuales 1,583 fueron catalogados como homicidios dolosos y de ellos, 1,193 ocurrieron a causa de un arma de fuego.


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