Hace unos días, en el momento en que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) abordó un vuelo comercial con Tabasco como destino, un padre de familia anunció que él y su familia dejarían el avión aduciendo cuestiones de seguridad por ir el mandatario en la misma aeronave.
Este hecho se dio a conocer porque se grabó parte de esta situación y el video y fotografías pronto circulaban en redes sociales, además de que ello ocasionó un retraso para el despegue.
Las reacciones en la opinión pública no se hicieron esperar; algunas secundando los argumentos esgrimidos por dicho pasajero, otros más añadiendo elementos en ese sentido y, los más, desestimando las razones que planteó el viajero y señalando, inclusive, que todo ese suceso no se trataba de otra cosa que de una campaña para criticar al presidente.
Por todo lo anterior, las empresas OMPI y SRS decidieron formular la siguiente pregunta a un grupo estadísticamente representativo de la población mexicana, y así conocer el sentir de la ciudadanía en su conjunto:
“En días recientes, una familia se bajó de un avión cuando se enteró que iría el presidente a bordo. El padre argumentó que no es seguro viajar con el gobernante”
¿Se sentiría usted seguro de viajar en el mismo avión que AMLO?
Casi un 73% de los encuestados respondieron que ellos sí se sentirían seguros de compartir vuelo con el primer mandatario; siendo que el 27% restante dice sentir temor.
Independientemente de los elementos objetivos para argumentar en favor de una posición u otra —ni el presente escrito ni la encuesta aquí relatada tiene ese propósito—, queda de manifiesto que hay una estrecha relación entre el apoyo y popularidad que tiene el presidente AMLO y las respuestas que arroja esta pregunta. No es sorpresivo: ambas preguntas tienen que ver con la medición de la confianza y simpatía que se tiene o no por López Obrador.
De ahí que sea pertinente argumentar que hubo no solo un sentimiento de inseguridad en el pasajero que optó por descender junto con su familia de la aeronave, sino también molestia ante la presencia del presidente. Adicionalmente a los elementos razonados y de análisis —que los hay—, a este tipo de situaciones y decisiones se agregan consideraciones de tipo subjetivo y de carácter personal. Igual de personales, por cierto, a la preferencia trasmitida por Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de López Obrador, quien horas más tarde, al enterarse del revuelo que se había ocasionado con este incidente, dijo: “Es un honor volar con Obrador”.