Los oaxaqueños se caracterizan por muchas cosas, entre las que destaca que somos muy trabajadores.
Pero otras, son nuestras costumbres que sorprenden a otros mexicanos y a los extranjeros.
En alguna regiones, la boda tiene sus particularidades por su apego a los usos y costumbres.
Festejos con música de banda y enmarcados por singulares prácticas tradicionales que los convierten en un acto festivo, lleno de novedad y espectacularidad.
Desde la comida, hasta los regalos sorprenden a todos.
REGALOS Y GUAJOLOTE
El cronista de Tlacolula de Matamoros, Gerardo García, destacó que las bodas en esta comunidad zapoteca de la región de los Valles Centrales de Oaxaca son sumamente coloridas y divertidas.
Además de la convivencia de los novios con familiares en un desayuno previo a la ceremonia nupcial, la fiesta inicia con el recibimiento de los muebles-obsequio de los padrinos de bautizo confirmación y primera comunión. Una recepción que se puede llevar algunas horas,
Principalmente a los padrinos de bautizo les corresponde regalar el ropero; el resto de padrinos debe de obsequiar la estufa, el refrigerador, la alacena, además del comedor, al resto de invitados, la loza, blancos y utensilios de cocina.
En la Sierra Norte y la Sierra Sur tiene una variante, los padrinos deben de entregar obsequios bailando, por lo que se hacen acompañar por una banda de viento anunciando su arribo a la boda al ritmo de sones, chilenas, paso dobles y danzones.
Un día después, los padrinos son reconocidos por los padres de los novios al entregarles un guajolote vivo, con el que deben de bailar y se reinicia el festejo.
En estas regiones, como ocurre en Tlacolula, los obsequios son bendecidos por alguna persona adulta o caracterizado, para agradecer a los padrinos y dar la bienvenida al nuevo matrimonio.
(Noticias Oaxaca)
Coronavirus: se registra primera muerte en Europa https://t.co/dCTjbQ7GwQ vía @NoticiaMex
— NoticiaMx (@NoticiaMex) February 15, 2020