“Hay que agarrarlos y los linchamos”: los momentos de tensión que vivieron reporteros estadounidenses en Tenancingo


A principios de enero, la reportera de la cadena estadounidense Fox, Lara Logan, denunció que las autoridades de Tenancingo, en Tlaxcala, la obligaron a abandonar la ciudad cuando realizaba un reportaje sobre la trata de mujeres en la zona.

Según le informaron los agentes, algunos ciudadanos se estaban reagrupando, y había riesgo de que ella y su equipo sufrieran un linchamiento.

Ahora, unos mensajes de Whatsapps obtenidos por el programa Ciro por la mañana, de Radio Fórmula, y por el diario mexicano El Universal, demostraron que algunos habitantes de Tenancingo sí se estaban organizando para linchar a los periodistas estadounidenses.



“Qué onda compas. Hay unos batos rondando la secundaria. Son como tres camionetas con cámaras. Neta, hay que darles en la madre”, advirtió uno de los vecinos a través de un chat común, integrado por varios ciudadanos.

(Foto: captura de pantalla Video FOX Nation/

En realidad, la dinámica es frecuente. Cuando un forastero visita Tenancingo, los habitantes se escriben de inmediato para reportar la presencia del desconocido y vigilarlo. Si descubren que se trata de un periodista, la alarma es aún mayor.

  • “Este pedo lo agarramos nosotros”, se lee en el chat.
  • “Vale”, responde otro vecino.

-“Hay que agarrarlos y los linchamos”, propone otro.

-“Naaa, de una vez les caemos”.

-“Pues ustedes dicen en qué momento los atoramos”.

-“No les avises a los pinches polis”.

-“Hay que desmadrarlos nosotros. ¿Los polis para qué?”.

Al final, fueron los agentes de la policía municipal los que advirtieron a los reporteros del riesgo de linchamiento. “Están en la entrada y la salida de la calle”, les dijo uno de los agentes, en referencia a los vecinos que se estaban agrupando para atacar a los periodistas.

Ante la creciente agitación, las patrullas escoltaron a los reporteros de Fox hasta la salida de la ciudad y les pidieron que no regresaran. Mientras, algunos ciudadanos los vigilaban de cerca.

  • “Hay que darles en la madre, que no los dejen ir”, continuaron en el chat.
  • “Toquen las campanas, díganle al pinche cura que nos deje tocar las campanas”.
  • “Ya voy con la gente. Ya están con los polis. Ya estamos cerca”.
  • “Han de ser terroristas, por las placas, son de otro lugar”.
  • “Han de ser ratas o secuestradores”.
(Foto: captura de pantalla Video FOX Nation/

Al comprobar que se trataba de un equipo de periodistas, los vecinos se enojaron aún más.

“Estos culeros tienen cámaras atrás”.

“Ya ven que si están grabando”, escribieron en el chat.

Para Lara Logan y su equipo de producción, sin embargo, los habitantes de Tenancingo sabían desde el principio que ellos no eran secuestradores ni delincuentes. Pero le tienen el mismo miedo a las cámaras de televisión, y a los equipos de investigación.

Según relató la periodista en el documental, difundido en su programa Lara Logan has no agenda (Lara Logan no tiene agenda), en Tenancingo han vivido “generaciones” de traficantes sexuales dedicados a la trata de personas.

“Lo que es normal para las personas que viven aquí, es inimaginable para la mayoría. La ciudad entera vive de la trata de personas”, comentó en su documental.

(Foto: captura de pantalla Video FOX Nation/

Aunque a la reportera estadounidense la acompañaba un equipo de seguridad, personal de la Embajada de EU, y elementos de la Agencia de Investigaciones de Seguridad Nacional de EU, los reporteros de Fox no pudieron trabajar y tuvieron que abandonar Tenancingo por el miedo a ser linchados.

De acuerdo al agente municipal que intervino para resguardarlos, no es la primera vez que la población se organiza para atacar de forma conjunta a un desconocido o extranjero. Ya en septiembre de 2019, 300 personas golpearon a un hombre y a una mujer en Tenancingo al sospechar que se trataba de secuestradores.

Para la periodista, sin embargo, se trató de una excusa. En su opinión, a Tenancingo no le gusta que desvelen sus “secretos”.

“Los policías son guardianes de los traficantes y de sus secretos, forzándonos a marcharnos: una amenaza velada”, concluyó la periodista en su documental.


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