Indígenas de la ciudad regresan a comunidades por coronavirus; pero no hay control


Comienza el retorno masivo a las comunidades rurales, pero nadie controla ni examina a los visitantes que podrían ser portadores de coronavirus

Luego de la pandemia del coronavirus (familia de virus que causan enfermedades desde el resfriado común hasta enfermedades respiratorias más graves).

Muchos trabajadores temporales de la Ciudad de México, están regresando a sus comunidades. De acuerdo a testimonios de habitantes de una comunidad de Oaxaca, llegan carros repletos de personas procedentes de diversas partes de México.

Desde empleadas domésticas, albañiles, obreros, estudiantes y otras ramas que cubren los originarios de las comunidades en la ciudad.

La mayoría de los hombres y mujeres que vuelven a sus comunidades, es debido a que se quedaron sin trabajo en la gran urbe.

Lamentablemente, las autoridades federales, estatales y municipales no están tomando las medidas para que estas personas no lleven el coronavirus a sus poblados.

No hay cercos de inspección ni avisos, y las clínicas rurales no tienen la capacidad técnica para detectar si algún poblador tiene el covid-19.

Muchos llegan como si no pasara nada a reintegrarse a las comunidades, conviven con sus amigos, padres y abuelos. Sin saber que podrían ser los causantes de una mortal desgracia.

El SARS-COV2, apareció en China en diciembre pasado y provoca una enfermedad llamada COVID-19, que se extendió por el mundo y fue declarada pandemia global por la Organización Mundial de la Salud.

En Nayarit, una población completa podría estar infectada tras la muerte de una persona que fue velada en la Guásima, Acaponeta, buena parte de la población asistió para darle el pésame a la familia que sin imaginárselo, podría estar infectada.

Y todo esto por la incapacidad del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para manejar esta pandemia, pues aun cuando la paciente de 79 años de edad, presentaba los síntomas del coronavirus, sus familiares no fueron informados de que podría ser portadora de la enfermedad, ni tampoco se aisló a quienes estaban cerca de ella.

Ante este error imperdonable, este mismo miércoles, mientras señalan que la familia huía a Culiacán, corporaciones policiacas montaban un cerco sanitario en el poblado en mención, para evitar que la gente entrara o saliera del lugar que se convirtió de un día a otro, en un foco de riesgo, para las comunidades de alrededor, incluso, para todo el municipio.

Lamentablemente, fue hasta que sucedió la tragedia. ¿Pero cuántas comunidades del país están en esa misma situación?


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