Ingresos de las iglesias ha caído hasta un 80% ante COVID-19


Felipe Monroy, especialista en temas religiosos, explicó que las iglesias tendrán que operar con un nuevo modelo de rentabilidad.

Las iglesias están colapsando económicamente por la falta de feligreses, cayendo, en algunos casos, hasta el 80 por ciento de sus ingresos. Aun en medio de la crisis, mantienen gastos cotidianos que van desde sueldos de empleados, hasta el pago de servicios básicos.

“En mi parroquia, como me imagino en todas, al no haber servicios litúrgicos estamos, no en quiebra, pero sí en una situación complicada, porque seguimos pagando servicios como la luz, el agua, teléfono, sueldo de los empleados. Estamos en una situación crítica”, explicó el sacerdote Juan José Cedeño, encargado de la Parroquia Coronación de Santa María de Guadalupe en la alcaldía Cuauhtémoc.

Las ceremonias religiosas con público y reuniones en templos fueron suspendidas, cuando el 30 de marzo el Consejo de Salubridad General decretó “emergencia sanitaria” por el COVID-19.

El padre Cedeño dijo a El Heraldo de México que desde entonces en su parroquia dejaron recibir cerca del 80 por ciento de sus ingresos mensuales, y alrededor de un 20 por ciento les llega por la solidaridad de los feligreses. Sin embargo, al ser un templo grande, con tres sacerdotes, siete empleados, sus gastos ascienden hasta 50 mil pesos mensuales, en promedio.

Indicó que no despidió a los siete empleados de la parroquia ni dejó de pagar sus cuotas patronales al IMSS, pero acordó con ellos mandarlos a casa y recortarles temporalmente el 50% de su sueldo.

Además de lo dado por los feligreses, las iglesias generan recursos a través de donativos por oficiar misas y celebrar ceremonias religiosas con motivo de bodas, bautizos, XV años, entre otras.

Una ceremonia puede costar entre mil 500 y 4 mil 500 pesos, dependiendo del templo. Por ejemplo, en el altar mayor de la Basílica de Guadalupe, un servicio religioso cuesta 4 mil pesos.

Con 110 millones de fieles, México ocupa el segundo lugar en América Latina, detrás de Brasil.

La Conferencia del Episcopado Mexicano emitió los “Lineamientos generales para la reapertura al culto religioso en tiempo de pandemia”, un manual que alista a los templos para regresar a las actividades, en el que se les pide a las diócesis crear e “implementar un plan de reactivación económica”.

Felipe Monroy, especialista en temas religiosos, explicó que las iglesias tendrán que operar con un nuevo modelo de rentabilidad.

“Es muy probable que la crisis económica golpee más a los bolsillos de las familias, incluidas las católicas, y eso se refleje con más crudeza en los templos… no deben depender como fuente de ingresos sólo de celebraciones dominicales y especiales como bodas”, dijo el también director del portal VC Noticias, especializado en religión.


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