El fotógrafo del expresidente, Enrique Peña Nieto, Julio César Hernández, pasó de trabajar en Presidencia a convertirse en dueño de una funeraria en la que además es conductor de una carroza fúnebre que traslada cuerpos de casos de coronavirus o COVID-19, de acuerdo con una publicación de Milenio.
La última vez que trabajó como fotógrafo fue el primero de diciembre de 2018 cuando Peña Nieto entregó la presidencia a Andrés Manuel López Obrador, luego asociado con un familiar abrió una funeraria en Estado de México.
Julio César nunca se imaginó del giro que daría su vida, siente meses después con la pandemia que azotó al mundo entero, hecho por el que este nuevo giro y ante el número de muertes ha tenido que contar con mayores medidas de protección como el uso de un traje especial, lentes, careta y cubrebocas.
“También leí como era la forma correcta de retirarte el traje, porque si no te podrías contagiar de covid mientras te lo quitas. Prácticamente lo haces bolita y lo tiras. También leí como era la forma correcta de lavarte las manos, cómo utilizar el desinfectante y el gel antibacterial”, indicó.
Comentó que ese trabajo será temporal pues su pasión es la fotografía; sin embargo, por ahora está dedicado completamente, pues debido a la situación que se atraviesa ha sido uno de los rubros con mayor demanda en el servicio.
Viajes, joyas y autos de lujo, así presumía “El Chino Antrax” su vida de lujos https://t.co/nJxyb3Dn3q vía @NoticiaMex
— NoticiaMx (@NoticiaMex) May 19, 2020