Diputados en Suecia no tienen asesores, camionetas, secretarias y viven en pequeños departamentos


Los diputados viajan en transporte público, lavan su propia ropa y departamentos. Antes de 1957, no recibían remuneración por su servicio

En México, la mayoría de los ciudadanos asocian a la política con altos salarios, vida de lujo y mucho poder. En realidad, no están equivocados; nuestros políticos realizan sus labores en medio del derroche y excesos.

Parlamento sueco.

Pero en Suecia, los parlamentarios ganan menos que un profesor. Los diputados suecos viven sin lujos en departamentos de 40 metros cuadrados en Estocolmo, con lavandería en el sótano del edificio (como es tan típico en Suecia), sin vehículo oficial ni chófer.

Apartamento diputado sueco.

Además todos perciben el mismo sueldo, entorno a los 4,300 dólares, y trabajan de 60 a 70 horas a la semana. Los sueldos de los profesores es superior al de los legisladores.

Los diputados suecos no disfrutan de beneficios adicionales como los que tienen los de México, como presupuesto para viajes, ayuda para el alquiler, dietas, contratación de asesores particulares, ayuda para gastos médicos, guardería pagada para los hijos y fondos para la divulgación del mandato, entre otras cosas. Además, no tienen fuero.

Los 349 diputados suecos reciben -igual que el presidente del Parlamento- una tarjeta anual para utilizar el transporte público.

Los carros oficiales son pocos, y tienen uso limitado. El Parlamento posee solo tres vehículos, del modelo Volvo S80. Esta flota solo está a disposición del presidente del Parlamento y sus tres vicepresidentes para actos oficiales.

“No es un servicio de taxi”, explica René Poedtke, del sector administrativo del Parlamento. “Los carros no sirven para llevarlos a casa o al trabajo”.

En Suecia, el único político que tiene derecho a carro de forma permanente es el primer ministro.

El carro pertenece a la flota de la policía secreta sueca, la Säpo (Säkerhetspolisen).

Los ministros pueden pedir vehículos “cuando tengan fuertes razones para necesitarlo”, según dice un asesor del gobierno.

Per-Arne Håkansson.

No pueden subirse el sueldo

El salario bruto de un diputado del Parlamento sueco es de 66.900 coronas suecas al mes (unos 7.200 dólares). Tras pagar los altos impuestos, el salario neto es de aproximadamente 40.000 coronas suecas (unos 4.300 dólares), lo que equivale a menos del doble de lo que gana un profesor de primaria en Suecia.

Hasta 1957 los diputados del Parlamento sueco ni siquiera tenían salario: solo recibían las contribuciones de los miembros de los partidos.

La decisión de establecer salarios para los parlamentarios se tomó, según consta en los archivos del Parlamento, tras llegar a la conclusión de que ningún ciudadano debería verse “impedido de convertirse en diputado por razones económicas”. Pero el valor del salario no debería “ser tan alto como para volverse económicamente atractivo”.

Y ningún diputado tiene el privilegio de aumentarse el salario: en Suecia, los salarios de los parlamentarios los determina un comité independiente llamado Riksdagens Arvodesnämd.


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