Luciérnagas se extinguen por los pesticidas y luz artificial


Las luciérnagas al borde de la extinción a causa de una triple amenaza: pérdida de hábitat natural, los pesticidas y la luz artificial

La pérdida de hábitat natural, los pesticidas y la luz artificial, las principales amenazas que ponen en peligro a algunas de las aproximadamente 2 mil especies de luciérnagas que habitan en el globo terráqueo. Cada vez es menor el número de estos insectos que iluminan con sus diminutos cuerpos los bosques y las zonas rurales. Una situación que requiere medidas urgentes para poner a salvo a estos insectos.

La principal amenaza desde luego que es la pérdida de su hábitat natural. Con la creciente demanda de monocultivos para generar productos consumibles para la sociedad, se han invadido selvas y bosques. Está el caso en específico de la luciérnaga de Malasia (Pteroptuxtener), reconocida por sus destellos intermitentes y sincronizados en el cortejo de apareamiento. Esta especie requiere manglares y las plantas que ahí habitan para vivir. No obstante, en el país asiático los manglares se han convertido en plantaciones de palma para cubrir la demanda humana de aceite derivado de este cultivo, poniendo en riesgo la supervivencia de la especie.

La luz artificial podrá darle seguridad a las calles de las ciudades, pero ciertamente el daño que causa al planeta es mucho mayor de lo que podríamos imaginar. Una investigación realizada por la Universidad de Tufts, en Massachusetts, demuestra que la contaminación lumínica forma parte de la triple amenaza que enfrentan las luciérnagas.

Contaminación lumínica
La contaminación lumínica incluye tanto la iluminación directa, como las luminarias de la calle, avisos, vallas comerciales, tanto como el resplandor del cielo por la luz urbana. Quizá no somos conscientes pero la luz es el objeto que más rápido viaja en todo el universo, por ende, la mancha lumínica que dejan las grandes ciudades se extiende más allá de los territorios urbanos. Incluso puede resultar más brillante que la propia luz de la luna llena, en los lejanos bosques.

Puede que no estemos acostumbrados ya a la oscuridad, pero esta es necesaria para la vida. Los propios biorritmos del humano, necesitan de oscuridad para funcionar de manera óptima. Las luciérnagas dependen todavía en mayor medida de la oscuridad, al ser insectos bioluminiscentes, se comunican a través de los destellos que producen con su cuerpo.

Una mancha lumínica artificial desequilibra por completo los procesos de las luciérnagas. Muchas de las especies dependen de la bioluminiscencia para encontrar pareja y demasiada luz significa que no podrán completar este proceso.

“Además de alterar los biorritmos naturales, incluido el nuestro, la contaminación lumínica realmente arruina los rituales de apareamiento de las luciérnagas”, explica Avalon Owens, coautor de la investigación.

Aunado a la pérdida de hábitat y la contaminación lumínica, el uso de pesticidas representa una situación de suma preocupación para la subsistencia de insectos en general. Se coloca como tercera causa de amenaza contra las luciérnagas. El uso desmedido de pesticidas como los neonicotinoides, que se usan en Estados Unidos para cultivos de maíz y soja, es un foco rojo para las especies de luciérnagas.

Turismo irresponsable
El turismo hacia los llamados santuarios de luciérnagas no está ayudando a preservar las especies de insectos bioluminiscentes. El tráfico de botes a motor a lo largo de los ríos para acercarse a zonas con luciérnagas, causa la erosión de las orillas del cuerpo acuoso. Además, existen lugares donde no hay una regulación de comportamiento, para salvaguardar a todas las especies que habitan en los santuarios.

“Nuestro objetivo es poner este conocimiento a disposición de los administradores de tierras, los encargados de formular políticas y los fanáticos de las luciérnagas en todas partes”, dijeron los autores de la investigación.

Mantener la naturaleza tal y como existe, es la clave para preservar las especies de flora y fauna. El turismo podría contribuir a ello, siempre y cuando presente regulaciones adecuadas para esta finalidad. Las luciérnagas son insectos de sumo valor y debemos cuidarlas para que sigan iluminando el planeta durante muchos años más.

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