La Fiscalía General del Estado de Oaxaca investiga el ataque con ácido que sufrió la saxofonista de 26 años, Maria Elena Ríos, como un delito de lesiones, esto porque en el Código Penal estatal no está tipificado el delito de “ataque con ácido”. Por otro lado, el castigo podría incrementar de acuerdo con las agravantes determinadas a partir del hecho.
De acuerdo con lo que Jorge Flores, vicefiscal regional de la Mixteca, dijo al periódico El Universal, “no hay propiamente un delito penal de lesiones con ácido, ante ello, deben considerarse las agravantes”. Estas se determinan en función de las heridas, cicatrices, circunstancias anteriores y posteriores del ataque.
En el artículo 271 del Código Penal para el Estado Libre y Soberano de Oaxaca se consideran como lesiones: las heridas, escoriaciones, contusiones, fracturas, dislocaciones, quemaduras, alteraciones de salud o cualquier otro daño que deje huella material en el cuerpo por causas externas.
El ataque con ácido cumple con las características previstas en el artículo. Para el caso de Ríos “la conducta puede ser agravada o atenuada” en función de las características de la cicatriz, su visibilidad y el nivel de peligro que corrió la vida de la víctima al momento del ataque.
Entre otras consideraciones se encuentran la existencia de premeditación, alevosía y ventaja, las circunstancias de la agresión, las características del agresor y las del posible autor intelectual del hecho. Pero, sobre todo, el vicefiscal recalcó la importancia de que el hecho tenga una clasificación jurídica adecuada.
Desde noviembre, el Congreso de la Ciudad de México aprobó modificaciones del artículo 130 del Código Penal para sancionar los ataques con ácido. Además en diciembre también se aprobó la tipificación de “lesiones en razón de género”, cambios que no se encuentran previstos en las normativas oaxaqueñas.
De acuerdo con personas cercanas a la víctima, Juan Vera Carrizal, empresario local gasolinero y ex diputado local del Partido Revolucionario Institucional (PRI), es el autor intelectual del ataque.
Existen imágenes, videos, mensajes y amenazas de muerte que indican la probable responsabilidad intelectual del empresario en el suceso, mismos datos que fueron entregados a las autoridades para la investigación.
“María Elena Ríos trabajó conmigo y tenemos una amistad, pero eso no implica nada”, dijo el empresario en un programa de radio local 88.5 FM.
Desde hace tres meses, la saxofonista se encuentra en recuperación por las quemaduras causadas por el ácido que un hombre arrojó en su rostro y cuerpo cuando caminaba con su madre por la calle, el pasado 9 de septiembre en Huajuapan de León.
La presidenta municipal, Juanita Cruz Cruz, informó que el atacante de la intérprete fue captado durante su huida por las cámaras de videovigilancia, ubicadas en las calles. Por la poca cantidad de cámaras con las que cuenta el lugar no se pudo dar un seguimiento ininterrumpido a la ruta que tomó el agresor al intentar escapar.
Además, señaló que la policía municipal brindó auxilio a la intérprete tras el ataque y que la titular del Instituto Municipal de la Mujer acudió al hospital con abogados para dar acompañamiento jurídico a la víctima.
María Elena Ríos, originaria de Santo Domingo Tonalá comenzó a tocar el saxofón cuando tenía nueve años. Tiempo después se trasladó a Puebla donde continuó sus estudios y, al volver a Oaxaca, se incorporó en un ensamble musical llamado Sandavi.
En redes sociales muchas personas se mostraron empáticas con la joven e hicieron invitaciones públicas para recaudar fondos y ayudar a la familia a solventar los gastos médicos. La familia informó en redes sociales que María Elena necesitaba urgentemente atención de un oftalmólogo por haber sido atacada directamente en el rostro.
Por otro lado, también hubo usuarios que comenzaron una campaña de odio y linchamiento en contra de la joven, a quien han denominado como “amante” de varias personas.