Asaltan a paramédicos en Iztapalapa; iban por paciente con coronavirus


Seis paramédicos de dos ambulancias del ERUM fueron asaltados en calles de Iztapalapa cuando se dirigían por un paciente con coronavirus.

La delincuencia no descansa ni en medio de la pandemia por el Covid-19.

Cerca de la medianoche del 11 de mayo, seis paramédicos de dos ambulancias del Escuadrón de Rescate y Urgencias (ERUM) fueron asaltados en calles de Iztapalapa cuando se dirigían por un paciente con coronavirus.

De acuerdo con las autoridades, los paramédicos fueron interceptados por al menos dos hombres, cuando acudieron por la persona enferma en las calles Padre Carvajal y Roqueta, en la colonia Ermita Zaragoza.

Los delincuentes los despojaron de sus pertenencias y escaparon. Los paramédicos no resultaron lesionados.

Foto: REUTERS/Luis Cortes

En México, los trabajadores de la salud han sido blanco de agresiones durante la contingencia sanitaria a causa del Covid-19, e incluso, han perdido la vida.

Así ocurrió el pasado jueves 7 de mayo cuando tres hermanas, enfermeras del IMSS de Torreón, Coahuila, fueron asesinadas.

Al día siguiente fueron detenidos dos sujetos identificados como Luis N, enfermero de la Clínica 16 del Instituto Mexicano del Seguro Social y compañero de trabajo de una de las asesinadas; así como Luis “N” de oficio machetero, trabajador en el mercado de abasto de Torreón.

Tras su captura les fueron asegurados dinero en efectivo en billetes de diversas denominaciones que ronda una cantidad de 1,400 pesos. Además, artículos como pulseras de oro y plata, anillos, aparatos electrodomésticos, plumas, tres celulares, aretes, medallas religiosas, una credencial de elector, cinta de pegamento y un monedero de mujer, según los datos publicados por el semanario Zeta.

Hasta el 29 de abril, en el país se habían registrado al menos 47 atentados en por lo menos 22 de la República contra del personal médico, pero el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación informó que ha recibido 159 quejas.

Lo que comenzó con frases discriminatorias y agua con cloro, fue escalando hasta llegar a la violencia física, las amenazas e incluso la retención de los médicos por parte de sus vecinos para que estos no fueran a trabajar.

(Foto: Cuartoscuro)

El patrón común es rociar a la persona con algún líquido de limpieza (frecuentemente cloro), así como negar acceso a unidades de transporte público o comercios. Las más graves, aunque puntuales, incluyen amenazas de muerte, una de ellas con arma de fuego.

Al menos 21 de estos ataques fueron en contra de profesionales que laboran en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y especificó que incluso policías atacaron a los empleados del sector salud.

En San Buenaventura, Coahuila, elementos de la policía golpearon a un médico bajo la justificación de que si lo dejaban entrar en el municipio, este podría contagiar a los pobladores.

Aunque el presidente López Obrador, el Conapred y el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell Ramírez han llamado a la solidaridad y al respeto hacia el personal de salud, esto no ha sucedido.

Desafortunadamente la violencia contra el personal sanitario no es un problema regional y conyuntural, sino global. Un estudio de 2014, publicado en la revista The Lancet, advierte sobre los inusitados ataques que los trabajadores de salud sufren con respecto a colegas de otros sectores. Médicos y enfermeras están expuestos a diversas formas de ataques físicos y psicológicos: intimidación, golpes y hasta tiroteos. La mayoría de las veces, estos actos de violencia son perpetrados por pacientes, familiares y visitantes.

De acuerdo con los estudios académicos, tres características de la violencia sistémica hacia los trabajadores de la salud llaman la atención. La primera es que el 70 u 80% de las agresiones no se denuncian porque los propios afectados los perciben como parte del trabajo. En otras palabras, el personal de salud ha normalizado la violencia que padece. La segunda es que a nivel mundial al menos un tercio de las enfermeras es víctima de estos actos. La tercera es que la mayoría de las agresiones ocurre en las salas de emergencia.


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