Sacerdote apuñalado tenía esposa y 3 hijos, y vivían en la Catedral Metropolitana


José Miguel Machorro Alcántara, sacerdote que murió tras apuñalado dentro de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México en mayo de 2017, tenía esposa y 3 hijos; ahora la mujer, quien compartió 25 años de su vida con el párroco, pide indemnización.

Patricia León Acosta, quien asegura ser viuda de Machorro Alcántara, reveló que la Iglesia sabía de la existencia de sus hijos y de ella; además, dijo que, vivía con el sacerdote en la casa parroquial.

“No hablé antes porque me preocupaba el qué dirán. Y porque sabemos que la Iglesia es muy fuerte. Claro que sabían de mi existencia, sabían de los tres hijos. Todos vivíamos en la casa parroquial pero ahora tenemos miedo porque nos hemos quedado en el desamparo”, contó en entrevista para el portal PÁGINA NEGRA.

Tras la muerte de José Miguel, Patricia y sus hijos fueron obligados a dejar la casa parroquial y sólo se quedaron con 2 automóviles, que eran del párroco, los cuales no pueden vender por no tener los documentos de estos.

“Ahora me tiene preocupada que mis hijos no tengan cómo salir adelante. Nos sacaron de la casa parroquial y yo me mudé. Solamente nos quedamos con dos carros de los cuales ni los documentos nos quisieron dar. Estaban a nombre de mi marido, pero pues no podemos venderlos porque no tenemos los documentos”, dijo.

En junio de 2019 el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México informó a la familia del sacerdote que, respecto a la reparación del daño tienen que pagarse 377 mil 450 pesos por el concepto de hospitalización y honorarios médicos, así como 30 mil pesos por gastos funerarios “los cuales una vez que se recaben serán entregados a quien acredite tener derecho a ello”.

Sin embargo, Patricia León Acosta no está contemplada en la reparación del daño por el asesinato de José Miguel, a pesar de contar con un acta de concubinato que la acredita como pareja formal del párroco.

“Pues no sabemos qué hacer. No sé si vamos a tener algún apoyo. Como le digo, con la Iglesia no cuento. Y pues tuve que mudarme a una zona donde no me conocen porque temíamos por nuestra vida”, comento Patricia en entrevista telefónica”, agregó.


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