García Luna susurraba a Calderón estrategias de la guerra contra el narco: Anabel Hernández


Desde que Genaro García Luna se desempeñó como titular de la Agencia Federal de Investigación (AFI) durante el sexenio de Vicente Fox, se sabía que tenía nexos con el narcotráfico, afirmó la periodista Anabel Hernández.

En entrevista con Oscar Mario Beteta para el noticiero En los tiempos de la radio, la experta en la operación de los cárteles mexicanos contó que desde 2007 la PGR investigaba García Luna y otros funcionarios por la supuesta venta de plazas de la AFI al crimen organizado, principalmente al Cártel de Sinaloa.

“Cuando estaban en la AFI habrían recibido sobornos de la organización criminal”, y aunque había pruebas del vínculo entre García Luna y organizaciones criminales, el expresidente Felipe Calderón lo nombró secretario de Seguridad Pública, lo que generó desconfianza en los titulares de la Sedena y de la Marina, afirmó la periodista que recientemente publicó su libro El Traidor: El diario secreto del hijo del ‘Mayo.

“García Luna se volvió el brazo derecho de Calderón, era quien le susurraba al oído […] discutían en Los Pinos las estrategias de la llamada ‘Guerra contra el narcotráfico’, pero yo dije desde un principio que no había tal guerra porque el gobierno de Felipe Calderón protegía al Cártel de Sinaloa”, señaló Anabel Hernández.

Asimismo, la periodista señaló que el ex titular de la SSP comenzó a dar protección desde 2001 al Cártel de Sinaloa, y pasó de permitir el tráfico de droga a venderla directamente, “pasaron de la complicidad a ser socios”.

“Durante el gobierno de Calderón Genaro García Luna tenía el monopolio de la policía, tanto de la judicial como la policía federal preventiva en México, por eso podía garantizar al cártel impunidad y por eso podía recibir todos estos millones de dólares […] siempre fue protegido por el sexenio de Felipe Calderón”.

Por lo anterior el Cártel de Sinaloa creció exponencialmente entre 2006 y 2012, por lo que Los Zetas reclamaron al gobierno federal que tuvieran preferencias.

“El gran traidor son los funcionarios públicos que debían proteger a la población, y en vez de hacerlo, las vendieron al crimen organizado, lo que estamos viviendo hoy es consecuencia de eso”, dijo Hernández.


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