El ajo chino en sí, no tiene nada de malo. Lo que lo hace malo es la forma de producción.
El ajo chino es un ajo de «bajo costo». Se produce masivamente, en un país (china) sin regulaciones, ni controles. En el cultivo se utilizan métodos prohibidos por la UE: por ejemplo el uso de antibióticos, uso masivo de pesticidas y otros productos productos dañinos para la salud.
Además, viaja semanas en barco desde el otro lado del mundo: en los contenedores, a mar abierto, en condiciones de humedad y altas temperaturas. Para que no se estropeen los ajos, se echan grandes cantidades de sustancias conservantes en las cajas.
Al final, el ajo chino, llega a Europa como un «subproducto» que ha perdido gran parte de sus cualidades y, además, está cargado de sustancias químicas (algunas de ellas sospechosas de ser cancerígenas).
Borracho pierde su cartera; roció gasolina e incendió vinateria en Oaxaca https://t.co/dPZdRo440c vía @NoticiaMex
— NoticiaMx (@NoticiaMex) February 10, 2020